Sol y Luna eran un par de aves inseparables, siempre juntos en su rama favorita. Volaban, cantaban y exploraban el cielo como los mejores amigos que podían ser. Pero un día, Sol tuvo que partir en un largo viaje hacia tierras lejanas. Luna se quedó sola en la rama y miraba cada día al cielo, esperando su regreso.

Mientras tanto, aunque Sol estaba lejos, podía sentir un hilo invisible que lo conectaba con Luna. Ese hilo era el amor que compartían, fuerte como nunca. Sol le contaba sus aventuras a través del viento, como si sus palabras estuvieran allí, susurrando que pronto regresaría.
Finalmente, el día llegó en que Sol regresó. Luna supo que aunque habían estado lejos, el amor siempre los había mantenido cerca. Y bajo el cielo estrellado, sus corazones volaron juntos de nuevo.