Érase una vez una ratoncita llamada Mimi. Hoy era su cumpleaños, así que se preparó para entregar las cartas de invitación.
Tras un largo viaje, entregó su primera carta a Jana, la lechuza. ¿Quieres venir a mi fiesta?”, le preguntó con impaciencia. Jana respondió: “Ehhh… Lo siento, no podré ir”. Mimi, un poco decepcionada, se marcha a entregar la siguiente tarjeta.
Llegó a casa de su amigo conejo Bonny. La ratoncita le preguntó si podía ir a su fiesta de cumpleaños. Él le dijo: “No, lo s-siento, estaré d-demasiado ocupado.” Mimi siguió su camino y se marchó.
Finalmente, llegó a la cueva de su amigo el oso Óscar. Mimi le dijo: “Hola, ¿quieres venir a mi fiesta de cumpleaños?” El oso dijo que no, porque estaría demasiado ocupado. La ratoncita no sabía qué hacer, todos sus amigos no podían ir porque estaban ocupados.
Mimi se fue a casa sola y triste. Cuando abrió la puerta de su casa, se llevó una bonita sorpresa…
¡Feliz cumpleaños!, gritaron Jana, Bonny y Oscar a la vez. Mimi se convirtió en la ratoncita más feliz del mundo. Pasaron el resto del día celebrándolo.