La Aventura del Plato Arcoíris

Categorias : Aprendizaje, Princesas
Edad
Cuento para 2 años y más
Tiempo de lectura
2 minutos
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MUSICA DE FONDO CALMADA #1

Luna era una princesa pequeña que vivía en un gran castillo. Todas las mañanas, apenas veía su desayuno, Luna sacudía la cabeza.

—No quiero comer —decía, alejando su plato.

Sin desayunar bien, Luna se sentía cansada. No podía correr por los jardines ni subir las escaleras de la torre más alta, donde sus juguetes la esperaban para jugar.

La reina María notó que Luna estaba muy quieta últimamente.

—Luna, ¿qué pasa? Antes corrías por todo el castillo —preguntó la reina.
—Estoy muy cansada —bostezó Luna.

La reina la abrazó y le explicó:
—Es porque no comes tus alimentos. Ellos te dan energía para jugar —dijo con voz suave—. Avísame cuando tengas hambre, ¿sí?

A la hora del almuerzo, la reina trajo un plato especial y comenzó a mover la cuchara como un avión.

—¡Aquí viene el avión! ¡Ruuuum! —dijo, haciendo sonidos divertidos.

Luna sonrió un poquito y logró comer un poco más, aunque todavía se hacía la difícil.

Luego, la reina tuvo una idea brillante. Preparó un plato colorido: zanahorias naranjas, pepinos verdes como los árboles y puré amarillo como la arena de la playa.

—¡Mira, Luna! Este es el Plato Arcoíris. Cada color te da un poder diferente —dijo la reina.

—¿Poderes de verdad? —preguntó Luna, ahora curiosa.

—Sí —respondió la reina, guiñándole un ojo—. El naranja de la zanahoria te da visión de halcón, para ver bien incluso cuando el sol se esconde.
El verde del pepino te da fuerza de bosque, para que tus piernas corran sin cansarse.
Y el amarillo del puré te da energía de sol, para reír, saltar y tener alegría todo el día.

Luna miró el plato con ojos grandes y probó un poco de zanahoria.

—¡Quiero ver como un halcón! —dijo, y comió otro bocado.

Después de comer todo su Plato Arcoíris, Luna sintió algo diferente. ¡Tenía muchas ganas de jugar! Corrió por los pasillos, saltó en el jardín y rió con sus juguetes.

Esa noche, Luna jaló la manga de la reina.

—Mamá, tengo hambre. ¿Puedo tener otro Plato Arcoíris?

La reina sonrió, y juntas prepararon la comida. Luna descubrió que comer podía ser divertido, especialmente cuando ella misma ayudaba a preparar su plato.

¿Un cuento más?

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